-Oye
baby, es que para la universidad necesito más dinero, ya sabes las “reuniones
juveniles” y esas cosas SIEMPRE ocupan efectivo para realizarse, pero ya ves
que mis papás no me van a dejar entrar a trabajar por lo mismo que estoy
estudiando… Entonces estaba pensando que
- -(Interrumpe
descaradamente) ¡JA! ¿Pensando? Ya en serio baby, jajaja, no es cierto. ¿Qué
estabas pensando?
-(Molesta)
¡Idiota! Pero bueno, estaba pensando que comenzáramos algún negocio, ya sabes,
pequeño; algo que pueda manejar en la escuela, empezar con mis amistades y eso…
Estaba pensando en hacer collares, pulseritas y ese tipo de cositas. Ya ves que
a todas nos encanta eso.
-Pues
sí, estaría bien, habrá que ver qué onda con la inversión y cómo venderemos las
cosas…
En realidad la conversación
incluye más temas que podrían rayar en lo banal (vamos, amo a las Kardashians
pero no son un tema precisamente de intelectuales), una que otra grosería por
ahí (¡Lo sé! He fracasado como dama, lo siento) y alguna crítica constructiva
POR SUPUESTO a algún conocidillo en Facebook, pero dirían por ahí, ¡a lo que
nos truje chencha!
Así fue como, mi hermana (Paola)
y yo (Andrea) comenzamos lo que hoy cumple un año, MushRoom Accesorios. Un
negocio de accesorios con un enfoque diferente, piezas únicas hechas a mano,
cuya característica principal es la originalidad; no solo del accesorio sino
también de la persona que lo utiliza.
¡Por supuesto que el objetivo
principal era ganar dinero! La ropa, zapatos, bolsas, protectores para celular,
comidas y demás lujos no son gratis lamentablemente, pero a lo largo de este
año hemos ganado algo más que billetes y moneditas. Hemos conocido personas de
diferentes estados que sin pensarlo se han convertido en amistades, nos hemos
relacionado con clientes al grado de platicar cuando nos mandan inboxs de
pedidos. ¡¿Quién lo diría?!
Por supuesto fue difícil,
estresante e incluso deprimente en un principio, las ventas se realizaban en mi
facultad y no siempre obtenía la atención de las personas. A veces se podía
vender un collar o incluso dos, pero había días que ni un vistazo rápido o un
“¡Ayyyy! Está bien bonito, me encantó” ocurrían en las dos horas que estaba
sentada.
Las ventas en internet tampoco
despegaron como cohetes desde un principio, por supuesto había algo de duda y
desconfianza de ambas partes, era algo nuevo, ¡éramos unas polluelas en este
asunto, por Dios santísimo!
Pero todo avanza poco a poco y al
final, vale la pena. Al día de hoy hemos pasado por muy buenas rachas donde se
gana mucho y otras en las que la cartera llora de lo vacía que está, pero el
trato con las personas, la retroalimentación, los eventos a los que hemos
asistido, el poder auto-emplearse en algo que verdaderamente te gusta resulta
ser bastante gratificante. Y por supuesto, no puedo evitar mencionar el
fortalecimiento en la relación de hermanas, que a pesar de a veces tener sus
roces siempre está presente.
No nos queda más que agradecer al
apoyo que hemos recibido, los buenos deseos y ayuda que nos han otorgado
ustedes, nuestros clientes pero más que eso, nuestros amigos.
Estamos emprendiendo un nuevo
proyecto, un Blog que pueda ayudarles en el ámbito de la moda y belleza, pero
sobre todo, que simpatice con ustedes. Nos leemos la próxima entrada. Una vez
más, ¡Gracias!
Atte: Hermanas MushRoom |